Dogecoin comenzó como una criptomoneda meme en 2013, pero su simplicidad y comunidad la llevaron a convertirse en un activo ampliamente utilizado. Funciona con Prueba de Trabajo (PoW) y posee una emisión inflacionaria que asegura disponibilidad constante de tokens para circulación. Es apreciada por sus transacciones rápidas y tarifas bajas, lo que la hace ideal para propinas, donaciones y micropagos. Su comunidad ha mantenido vivo el proyecto a lo largo de los años, impulsando iniciativas benéficas y adopción casual. El apoyo de figuras públicas también ha aumentado su notoriedad global.

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